Se llama Vivian Calderón Bogoslavsky. Es mujer, judía, antropóloga, historiadora, periodista y, sobre todo -como ella misma dice- colombiana. Pero al margen de este importante currículum, que le permite tener diversos puntos de vista que amplian su mirada, Vivian también es, fundamentalmente, una artista que pinta, esculpe y serigrafía para sacar afuera un mundo interior que resulta apasionante. Su hiperactividad de pequeña le llevó a desarrollar un don, una habilidad: expresar su forma de ver y entender el mundo que nos rodea desde un prisma marcado por las sombras, las luces y el color. Tras una etapa en Estados Unidos, donde mejoró sus técnicas, logró premios, distinciones y dio a conocer su obra, ha pasado por España repitiendo éxito, participando en exposiciones y preparando nuevos proyectos. En permanente búsqueda de nuevas formas de expresarse, en definitiva, de crear e innovar, Vivian nos cuenta cómo empezó todo y porqué, al tiempo que nos avanza sus planes en Colombia, su tierra amada que tanto le ha inspirado y que muy pronto va a descubrir su esencia.
– ¿Cómo empezaste a pintar? ¿Quizá porque no te gustaban las matemáticas?
"La verdad es que no sé por qué empecé a pintar. Pero desde pequeña tenía un cuaderno que llevaba a todas partes y dibujaba lo que veía. A mis papás, a mis hermanas, lugares, situaciones y hasta le daba el cuaderno a la gente para que me dejara un dibujo ahí. Sin embargo, no empecé a dibujar porque no me gustaran las matemáticas, la física o la química. Sino porque iba a otro ritmo y tuve muy malos profesores que nunca entendieron eso y no tuvieron la didáctica ni la paciencia para estimularme y enseñarme (eso es lo que haría un buen educador, un buen maestro); ellos simplemente se rindieron. Entonces, como no iba a aprender nada de ellos, me metía en mis mundos a dibujar y a leer. Estaba en otro nivel. Gracias a Dios, mis padres vieron algo magnifico en mí y me pusieron a estudiar arte con un maestro argentino muy prestigioso que me enseñó todo sobre este mundo y él me dio la herramienta más poderosa que me permitió entender mi pasión. Y al final terminé estudiando 4 carreras que complementan mi formación integral".
– Trabajas en lienzos, pero también realizas estructuras en vidrio y serigrafías en papel. ¿Hay algún hilo conductor entre las tres técnicas? ¿Con cuál te sientes más cómoda o puedes expresarte mejor?
"Creo que la creatividad no tiene límites, todo el tiempo necesito nuevos retos. Mi creatividad me impulsa a experimentar, a buscar y a investigar. Es una necesitad que viene desde lo más profundo de mi ser y me impulsa a ser inquieta. Todo lo que hago está relacionado entre sí. Sólo que los diferentes materiales que uso son el medio para desarrollar mis inquietudes…".
– Y cómo empieza ese proceso creativo…
"Todas mis búsquedas se dan por medio de la idea de resolver problemas. En el caso de mi pintura, todo empieza con una mancha de agua con color negro y estuco que cuando dejo secar quedan manchas únicas con medios tonos, que se vuelven problemas para solucionar. Y eso hago. Resuelvo problemas de luz, medios tonos y sombras con color para crear mis mundos mágicos. Con las esculturas de vidrio no soluciono problemas como tal, me inquietan otras cosas. Me intrigan los reflejos de la luz, las sombras que se generan y las diferentes formas y espacios en donde las esculturas pueden ser puestas. Pero como en todas mis obras, es un trabajo de luz, sombras, medios tonos y color. Y después de haber trabajado con serigrafías en papel, me entró una curiosidad por adentrarme en el mundo de este material. Estoy aprendiendo origami y me intriga el movimiento del papel, las sombras que pueda crear y obviamente estaré explorándolo próximamente. Será mi nuevo proyecto. Sin embargo, no me puedo despegar de la pintura. Es algo que no puedo dejar de lado y es el medio con el que más cómoda me siento".
– ¿Qué quieres transmitir con tus obras? O realmente no importa, pues es cada espectador el que le da un sentido, una interpretación.
"Yo no pinto o creo con la intención de transmitir algo en un principio, sino para sacar mis más íntimas y profundas necesidades que me impulsan a crear. Y, en el proceso, lo que busco es resolver problemas, jugar con el movimiento, la fuerza de la luz y conmover a otros con lo que hago y que cada observador tenga sus propias interpretaciones. Pero más que transmitir lo que busco es emocionar y conmover".
– Residiste en EEUU, en España. Obviamente en Colombia. ¿Dónde y por qué has podido desarrollar mejor tu arte?
"Cada lugar trae cierto tipo de 'información' y estos lugares me dieron la posibilidad de crecer, estudiar, experimentar, aprender, ver arte, estar en otra cultura, conocer gente en el camino que me enseñó. Lo que me tocó vivir en estos en estos países me dio diferentes herramientas para poder seguir con mis procesos creativos y me hizo más fuerte. Pero lo más importante de estos lugares es, además de inspirarme con su energía, que me enseñaron a conocerme a mí misma, a entender que hay que trabajar duro, que hay que seguir adelante a pesar las dificultades y de los rechazos, porque si no eres rechazado muchas veces es porque no estás aplicando a las cosas lo suficiente. Me enseñaron a luchar por lo que amo, a persistir y a decir 'si' a situaciones que me daban miedo o me hacían salir de mi zona de confort. Creo que cada lugar en el que esté me va a enseñar algo y yo estoy dispuesta a aprender".
– ¿España tiene algo de especial para un artista?
"Sí. Tiene mil oportunidades para los artistas. Se vive y se respira arte por todas partes. Aparte es un país hermoso que sólo con recorrerlo, uno se llena de inspiración con sus paisajes, su comida, su música, la gente, los museos y su historia. Cuando constantemente estas rodeado de tanta cultura, creaciones y belleza es difícil no inspirarse".
– Durante tu estancia en España, has podido recorrer el país…
"Desde que pisé España, me sentí en casa. Me siento libre y ese sentimiento es algo que no todos entienden. Cuando vienes de un país como Colombia traes una carga encima que te hace apreciar cosas tan simples como caminar por la calle con tranquilidad y libertad; cruzar un paso de cebra y que paren los carros y hasta no depender de un carro porque el sistema de transporte es tan bueno que no necesitas de él".
– ¿Qué te ha sorprendido gratamente? ¿Y no tan gratamente?
"El español no tiene pelos en la lengua, te dice las cosas de frente y se quita de encima pendejadas que no valen la pena, no son falsos. Al principio me asombraba porque iba a una piscina pública y las duchas no tenían puertas y todas las señoras se bañaban desnudas. Yo esperaba hasta llegar a mi casa porque me moría de la pena. Después de un tiempo entendí que nadie me estaba mirando y que, al final de cuentas, todas somos iguales. Ese pudor tonto con el que crecemos en nuestro país no es necesario. También me encantó poder ser sincera con todo, si me invitan a algún lugar y no quiero ir, puedo decirlo con libertad y nadie se ofende 'no hay un deber ser'. Simplemente puedo ser yo ¡y eso mola!, como dicen los españoles. Algo que no me gusta es que fuman mucho y que me cortan el día porque todo cierra de 2pm a 5pm. Es decir, es mínimo lo que no me gusta. Amo España y me encantaría quedarme a vivir acá por siempre".
– La exposición de Córdoba fue todo un reto, ¿por qué?
"La exposición en Córdoba fue mágica, yo tenía un proyecto de 50 cuadros que pinté en Madrid y los llevé a Córdoba. Fue difícil hacerlos porque eran formatos pequeños que no suelo hacer, pero de alguna forma me ayudaron a soltar mi mano y a limitar mi espacio de creación; porque siempre pinto en formatos medianos y grandes. Pero el reto de Córdoba fue pintarle un díptico enorme (de 1.30 cm x 1.90 m cada uno) a un violinista en tan sólo 7 días. Salir de mi zona de confort a una ciudad donde no conocía a nadie, con tiempo limitado para crear y con mil personas alrededor distrayéndome, hablándome, cantando, tocando música e interrumpiéndome de la mejor forma. La gran sorpresa fue que esta experiencia ha sido una de las mejores de mi vida. Logré pintar la obra a tiempo y disfruté con las personas que hicieron posible este proceso. Hay veces que los retos te demuestran que uno es el único que se pone límites y que hay que salir de la zona de confort para que cosas mágicas ocurran. Al final, este cuadro fue hecho por todas las personas que participaron en este hermoso proyecto".
– Recientemente has expuesto también en la Feria Internacional de Arte Emergente de Madrid – We are Fair. ¿Cómo valoras la experiencia?
"Ha sido enriquecedora, como todas las experiencias. Tuve la oportunidad de participar por medio de una galería italiana que le gusta mi trabajo. Y este espacio desafía la forma en que son puestas las obras. Es una intervención en cuartos de un hotel en donde son exhibidas obras de todo tipo. Además, es una manera más íntima y cercana de conocer artistas, hablar con galeristas, interactuar con el público y ver mucho arte".
– Nadie es profeta en su tierra, pero desde Enclave Común pensamos que sí lo vas a ser. De hecho, siempre llevas a tu país en tu corazón y también estás llevando su nombre allá donde expones…
"Mirando las cosas desde afuera de mi país, siento que nos falta mucho por aprender y que necesitamos ayudarnos, colaborarnos y darnos una mano. Y no hablo sólo del mundo del arte. Desde mi experiencia, siento que en Colombia las cosas funcionan muchas veces por las personas y contactos que conoces, pero no siempre por el talento que tienes. Las oportunidades son pequeñas porque estamos en una burbujita donde son siempre los mismos los que surgen y, como no hay tanta demanda ni tanto consumo, pues todo se queda en el mismo círculo. Pero cuando vives en países como Estados Unidos o España, que tienen una dinámica cultural infinita, entiendes que la industria del arte es tan grande y se mueve tanto que esas roscas, que también las hay, no limitan al artista para vivir el arte. He aprendido que si trabajas muy fuerte, aprendes, estudias y buscas oportunidades, siempre sale algo".
– ¿Y qué es Vivian Calderón?
"Soy artista, soy judía, soy mujer, soy antropóloga, soy historiadora, soy periodista y, sobre todo, soy colombiana. Y por más que lleve siempre el nombre en alto de mi país, siento que muchas veces mi país no me respalda como quisiera y eso frustra. Sin embargo, pienso que esta vez puede ser diferente, porque llego en un momento en el que me he formado, he crecido como artista y como ser humano, porque estoy segura de lo que soy y de lo que hago y creo que la que no estaba preparada antes para Colombia era yo. Pero ahora llego con herramientas increíbles y una experiencia de exposiciones, publicaciones, premios, reconocimiento internacional y experiencias que nadie me puede quitar de encima. Y cuando todo esto se une, las cosas simplemente fluyen. Pero ojo, tengo que empezar de cero… aunque voy muy motivada a crear y a hacer varios proyectos que involucren, a ayudarnos entre artistas y tener espacios para mostrar lo que hacemos sin tanto intermediario".
– ¿Qué proyectos tienes en mente de forma inmediata?
"Tengo muchas ganas de experimentar con el papel. Ahora vuelvo a mi país sin obra y me toca empezar nuevamente de cero. Pero tengo muchas ideas en la cabeza que quiero desarrollar y una de esas es el papel y su movimiento, sus sombras, sus tonalidades. Vamos a ver si de esta investigación sale algo interesante. También quiero trabajar en proyectos con otros artistas. Montar espacios que promuevan el arte y se salgan de los parámetros de la galería como única institución para mostrar o mover el arte. Voy muy motivada a enseñarles a otros artistas que, si nos ayudamos, las cosas salen mejor".
– Y también hay una idea muy bonita con niños desplazados…
"Exacto. Quiero dedicar parte de mi tiempo a una fundación con la que ya me conecté, para hacer lo que sé hacer, que es crear. La idea es enseñarles a pintar o a sacar su lado creativo a niños desplazados por la violencia. No sé si seré capaz del reto, pero al menos lo intentaré y voy con la mejor voluntad del mundo. Que se tenga Colombia, porque llego con toda para dejarlos deslumbrados con mi arte".
La ficha
Vivian Calderón Bogoslavsky Web: www.ArteCalderon.com |
© Fuente: Enclave Común · Fotos cortesía de Vivian Calderón · Video propiedad de RTVE ·